- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2018 · 1 pieza · 6 min
Pavane pour une infante défunte
La obra para piano Pavana para una infanta difunta de Ravel es una de las primeras piezas del compositor francés que conoció una popularidad masiva. Y probablemente sea la más famosa luego del Bolero (1928). Ravel reaccionó con displicencia ante su éxito, quizás porque sabía que estaba abiertamente inspirada en su colega Emmanuel Chabrier. Ravel la compuso en 1899, cuando tenía 24 años. Pese a estar al tanto de sus limitaciones, escribió una adaptación orquestal en 1910; para mucha gente, esta es la versión definitiva. El título se refiere a una lenta danza procesional bailada por una princesa en la corte de España, aunque en otra oportunidad, Ravel afirmó que el título no tenía nada que ver con la música (simplemente le atrajo la combinación de las palabras “infanta” y “difunta”). El compositor no quedó contento con algunas versiones contemporáneas. En una anécdota famosa, luego de escuchar la lenta interpretación de Charles Oulmont, Ravel le comentó que su obra era una pavana para una infanta difunta, y no una pavana difunta.